Instalan canteros para evitar a los manteros de la avenida Avellaneda
Los corrieron de una zona y ocuparon una avenida. Los sacaron de una peatonal y se movieron hacia otro barrio. Parece que no hay receta para controlar la venta ambulante en la calle y, por eso, se buscan otros métodos. En la avenida Avellaneda, en Flores, que en la actualidad es la zona con mayor cantidad de manteros en la calle, se están construyendo canteros sobre la vereda para tratar de ocupar el espacio público y no dejarlo libre para que se instalen los vendedores ambulantes.
Su necesidad de trabajo choca con los reclamos de los comerciantes de la zona, que día a día afrontan una pelea «desigual». El crecimiento de la venta ilegal y ambulante puso en jaque la rentabilidad de sus locales. Precios más bajos, la ausencia de cargas tributarias y otros aspectos en favor de los puesteros consideran que son perjudiciales para un negocio.
Tal vez el reclamo muchas veces llevado a la calle, con cortes de tránsito y otras manifestaciones, haya sido el disparador para que el gobierno porteño comience a instalar más canteros.
Desde hace unas semanas se pueden ver estas estructuras en la zona de Avellaneda y Nazca, tal vez uno de los puntos más conflictivos en toda la avenida donde se venden todo tipo de productos hasta en la vía pública. Los que ya estaban instalados se ubicaban cada diez o quince metros; los nuevos se están construyendo cada cinco metros.
La Nación