diciembre 12, 2024

Sociedad

Desde el penal más grande de Bolivia, Francisco recordó que «reclusión no es lo mismo que exclusión»

«No podía dejar Bolivia sin venir a verles, sin dejar de compartir la fe y la esperanza que nace del amor entregado en la cruz, gracias por recibirme», comenzó diciéndoles el Papa a los presidiarios y sus familiares que lo recibieron en esta cárcel, la más populosa de Bolivia, cuyos 4 mil internos constituyen el 30 por ciento del total nacional.

En uno de los tramos más destacados de su discurso, Francisco recordó que «reclusión no es lo mismo que exclusión, porque la reclusión forma parte de un proceso de reinserción» social, y los instó a «trabajar por nuestra dignidad», aunque sin dejar de reconocer las problemáticas carcelarias que conspiran contra este cometido.

«Son muchos los elementos que juegan en su contra en este lugar – lo sé bien -: el hacinamiento, la lentitud de la justicia, la falta de terapias ocupacionales y de políticas de rehabilitación, la violencia, lo cual hace necesaria una rápida y eficaz alianza interinstitucional para encontrar respuestas», dijo.

No obstante, el Papa les recordó que «hay cosas que hoy ya podemos hacer» mientras se lucha por subsanar esos déficit, porque «la convivencia depende en parte de ustedes».

«El sufrimiento y la privación pueden volver nuestro corazón egoísta y dar lugar a enfrentamientos, pero también tenemos la capacidad de convertirlo en ocasión de auténtica fraternidad: ayúdense entre ustedes, el demonio busca la rivalidad, la división, los bandos», dijo en el penal donde hace 2 años murieron 35 personas por una pelea entre bandos.

Posteriormente, Francisco se dirigió a las autoridades del penal y a los agentes penitenciarios, a quienes les recordó que «cumplen un servicio público fundamental» porque tienen a su cargo «una importante tarea en este proceso de reinserción».

«Tienen una importante tarea en este proceso de reinserción; tarea de levantar y no rebajar, de dignificar y no humillar, de animar y no afligir; un proceso que pide dejar una lógica de buenos y malos para pasar a una lógica centrada en ayudar a la persona», agregó.

Un trabajo de reinserción así encarado «generará mejores condiciones para todos» porque «nos dignifica, anima y levanta a todos».

El papa Francisco pronunció su discurso desde una tarima con forma de capilla levantada especialmente en el patio del penal para ser usada durante su visita, y ante un auditorio de miles de personas sentadas, conformado por fieles y vecinos del barrio, además del grupo de internos y sus familias.