Aranguren le respondió a De Vido por el proyecto de las represas sobre el río Santa Cruz
El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, afirmó que si se hubiera respetado el proyecto original de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, «lamentablemente se hubiera afectado la oscilación normal del Lago Argentino y los glaciares relacionados».
«Fue por eso que hubo que bajar la cota del embalse de la represa Néstor Kirchner en 2,40 metros para desacoplar dicho embalse en forma total del Lago Argentino, y además hubo que subir la cota del embalse de la represa Jorge Cepernic en 1,80 metros, para evitar que un tramo del río quedara sin agua en parte del día y al mismo tiempo para recuperar energía», explicó el ministro.
Al respecto, el ministro de Energía y Minería consideró que «equipar de más significa gastar de más y gastar de más en obras públicas suele tener un objetivo que muchos también lo pueden imaginar».
En lenguaje técnico, Aranguren aclaró que la energía aportada al sistema interconectado nacional «son electrones que no conocen ideologías y que circulan por los cables de la red dirigiéndose hacia los puntos de consumo de todo el sistema».
«En todo caso las restricciones para cada desarrollo regional están en el sistema de distribución y llegada a los puntos de consumo y no en el funcionamiento en punta o en base del sistema de generación», aclaró.
El proyecto kirchnerista preveía once turbinas, y el de la actual administración lo redujo a nueve.
Al respecto, Aranguren indica que «es creativa, pero equivocada la mención al equipamiento de reserva como explicación para el exceso de turbinas previsto en el proyecto de De Vido, ya que de haberlo continuado, durante seis meses del año, no funcionarían todas las turbinas».
«Las paradas por mantenimiento de máquinas de este tipo no deberían ser superior a las dos semanas cada cinco años», explicó, y aseguró que «equipar de más significa gastar de más».
Recordó Aranguren que la explotación de las represas hidroeléctricas corresponde a la competencia del Estado Federal, y es el que además de construirlas y pagar por ellas «es quien debe recibir los ingresos por la venta de la energía generada».