Columna Especial: Raquel Herrero
Cuando un país tan rico como el nuestro es sometido durante tantos años a los manejos de dirigentes que sólo buscan hacer negocios con el Estado y con el dinero de todos nosotros, cuesta mucho recuperarse.
En Diciembre de 2015, los argentinos, en su mayoría pudimos darnos cuenta de esto, y decidimos que la Argentina necesitaba un cambio estructural. Hoy, con el esfuerzo de todos, el país va por el camino correcto haciendo lo que hay que hacer, lo que la gente votó, en definitiva, ocuparse y trabajar para resolver los problemas de la gente, con la convicción que no son palabras ni discursos demagógicos, que realmente es posible, que realmente se puede.
Duele mucho ver un país con rutas intransitables, localidades enteras sin agua corriente, escuelas u hospitales varias veces inaugurados en la Pcia. de Buenos Aires que sólo son estructuras vacías, familias ilusionadas con su vivienda, estafadas por la corrupción que sólo les dejó “soñar” con una realidad que nunca iba a suceder. Así, podría seguir enumerando muchas cosas más que tienen que ver con la obra pública que utilizaron de excusa para engordan las billeteras de los “Amigos del Poder”.
Hoy vemos políticos, amigos de los políticos y personajes importantes en la historia de nuestro país, presos o procesados, siendo investigados por una Justicia que de a poco va tomando la independencia que intentaron quitarle durante los últimos años. Una justicia que por miedo o por complicidad tiene causas dormidas que fueron denunciadas hace años, pero la esperanza del pueblo en saber la verdad, hace que esa esperanza esté más fuerte que nunca. Hoy la gente reconoce que no somos todos lo mismo y que hay un Presidente que ya expresó que se acabo la Argentina de los privilegios y los amiguismos.
Argentina se abrió al mundo. El presidente Macri representó al país en la cumbre del G20 en Hangzhou, China y mantuvo reuniones con líderes de todo el mundo como hacía años no ocurría. Fortaleciendo las instituciones, transmitiendo confianza e integrándonos al mundo, Argentina podrá desarrollarse y los argentinos volveremos a ser un pueblo unido. No tengo ninguna duda que la “grieta” termina el 22 de octubre. El pueblo se canso de peleas, confrontaciones, oportunismo de algunos dirigentes que todavía no entendieron que el pasado quedo atrás. Basta de mentiras. Necesitamos pensar en qué podemos colaborar, en vez de en cómo podemos conseguir alguna ventaja. Muchos que hoy critican fueron parte de ese pasado al que no queremos volver.
Queremos un cambio cultural, queremos dirigentes que se sumen a este cambio que pongan por encima de cualquier interés personal la República y el Bien Común. Sorprende ver en espacios que dicen ser opositores dirigentes que aun siguen sin entender el mensaje de la gente. Argentinos que piden “unión”, un pueblo que necesita que todos trabajemos juntos para sacar el país adelante, para resolverles sus problema de trabajo, vivienda, seguridad.
Fueron 30 años de conflicto, enfrentamiento y de aislamiento que no ayudaron para el desarrollo del país. Por el contrario, hizo que aumente la pobreza. Decidimos poner fin a los enfrentamientos y estamos saliendo adelante. Estamos apostando al diálogo entre nosotros y con el resto del mundo, por eso, cada vez serán más los Argentinos que digan CAMBIEMOS.
Raquel Herrero es Auditora de la Ciudad de Buenos Aires